viernes, 27 de diciembre de 2013

Cine: Crítica El hobbit: La desolación de Smaug (2013)


@KymvengeBlog

 Ficha:

Nombre: El hobitt: La desolación de Smaug
Dirección: Peter Jackson.
Género:  Aventuras, fantástico
Reparto:   Martin Freeman (Bilbo Bolsón), Ian McKellen  (Gandalf el Gris), Richard Armitage (Thorin, Escudo de Roble),  Cate Blanchett (Galadriel), Andy Serkis (Gollum), Luke Evans (Bardo), Lee Pace (Thranduil), Orlando Bloom (Legolas),  Evangeline Lilly (Tauriel), Stephen Fry (gobernador de Ciudad del Lago), Mikael Persbrandt (Beorn), Benedict Cumberbatch (voz de Smaug / Nigromante).
Distribuidora:: Warner Bros. Pictures International España 
Estreno en España:  13 Diciembre 2013.

Valoración: 7/10. Buena.

"¿Que fue del libro? "

Peter Jackson nos lleva de la mano por otro paseo por la Tierra Media que tan bien recreó J.R.R Tolkien. Tras una entusiasta y esperanzadora primera parte Un viaje inesperado (2012), el director acomete la tarea de expandir un exiguo libro en tres largometrajes y no precisamente cortos. En El hobbit: La desolación de Smaug, Peter con la ayuda inestimable en el guión de Guillermo del Toro hace suya la adaptación de una novela cada vez menos presente, cada vez menos Tokien y más Jackson, la verdad esto ni nos disgusta y ni nos gusta. Por un lado da un paso en cuanto a la epicidad y la oscuridad que no se hallaban en el "cuento" original, pero por otro se automutila en la falta de síntesis y premura, ya clásicas en el rodar del cineasta. Así pues, acaba siendo más obsesiva e irregular que la primera parte.

El inesperado viaje de la primera continúa esta vez con Bilbo Bolsón (Martin Freeman), Gandalf el Gris (Ian McKellen) y Thorin “Escudo de Roble” (Richard Armitage) capitaneando el grupo de los trece enanos dispuestos a reconquistar la Montaña Solitaria y el que fuera Reino perdido de los Enanos. El épico viaje les llevará a atravesar el Bosque Negro, escapar de la ciudad de los peligrosos Elfos Silvanos, hasta llegar como última parada a La ciudad Lago la cual conecta con su objetivo, allí donde duerme el poderoso dragón escupe fuego llamado Smaug.

Esta vez no hay tiempo para lo afable de los enanos o lo cómico de lo trolls, la aventura acelera en una carrera cargada de acción y que sirve como escaparate para las diferentes paisajes a mostrar, la casa de Beorn, el bosque negro, el reino de los elfos, Esgaroth y cómo no, la Montaña solitaria, sirven como novedosa exploración de un mundo inimaginable y que tiene margen de dilatación casi infinita. La trepidante trama se enquista en un par de ocasiones donde el guión demasiado explicito y conservador no alcanza a dar lo mejor de si mismo, también por la aparición de algún momento de "paja" argumental indebido. El final en la montaña con el alzamiento del gran Smaug, espectacular Benedict Cumberbatch haciendo la voz y el movimiento del dragón, es un momento relevante y legendario dentro del universo Tolkien,  el "duelo" entre Smaug y Bilbo (Martin Freeman) alcanza un interés supino que solo se ve truncado por lo prolongado de este. Aún así la cinta deja un punto de intriga adecuado que nos hará esperar la tercera parte sin habernos maravillado con esta entrega.

Del reparto Martin Freeman como Bilbo Bolson, sigue demostrando un carisma desmedido teniendo menos planos que en su predecesora. Richard Armitage como Thorin “Escudo de Roble” ya no sorprende y a nuestro entender queda por debajo de su anterior aparición. Eso sí, la inclusión de los Elfos es de lo más atractivo de la cinta. Una raza quizá poco examinada en las adaptaciones al cine y que merece un papel mayor. Orlando Bloom (Légolas) y Evangeline Lilly (Tauriel), bailan en unas escenas coreografiadas hasta el máximo detalle donde dan cuenta de unos Orcos que infunden menos respeto que otras veces. La involución del personaje de Légolas le ha sentado a las mil maravillas esta vuelta al pasado, hace del personaje un icono más vigoroso y sugerente. De igual manera que Evangeline Lilly encandilará al palco de butacas por su belleza y pasional destreza.

Imparable, vibrante, alocada pero también hartible y descontrolada. La desolación de Smaug, decepciona para los que esperaban una obra maestra, pero atrapará al amante de la obstinación "Jacksoniana".

Lo mejor:
  • La representación técnica e interpretativa de Smaug.
  • La escena de huida en el río y el Bosque Negro.
  • Buen nivel general interpretativo.
Lo peor:
  • Metraje abusivo.
  • Rítmicamente  a trompicones.

EL efecto K: Ensimismado Peter Jackson saca lo mejor y lo peor de si mismo en esta segunda entrega que tiene algunos puntos álgidos de excelencia, pero más irregular en general que Un viaje inesperado.

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